El 25 de abril de 1974, una canción convoca a una revolución que, entre claveles y abrazos, de manera pacífica, termina con alrededor de cuatro décadas de dominación hegemónica de António de Oliveira Salazar en Portugal. “Grândola, Vila Morena, tierra de fraternidad, el pueblo es quien más ordena dentro de ti, oh, ciudad”, sonó a las 0.25 horas del 25 de abril de 1974, en Radio «Renascença».
Grândola es una pequeña ciudad del Alentejo donde una buena parte de la población no ocultaba su rechazo al salazarismo y sus simpatías hacia el clandestino Partido Comunista, dirigido desde el exilio por Álvaro Cunhal.
El tema había sido prohibido y las radios estaban alertadas de que debían abstenerse de emitirlo. Por eso fue elegido como una señal de que ya no había marcha atrás. Su programación en la emisora católica, además de servir de aviso para el estallido de la sublevación, se convirtió en el primer indicio de que la desobediencia civil empezaba a producirse. Tendrían que pasar dos años para que, aquella madrugada, la canción de Zeca Afonso sonase en Rádio Renascença y se convirtiera en un símbolo de una gesta histórica.
La fuerza de este tema se centra en que está lleno de alegorías, pero también por la contundencia de su mensaje: mientras la mayoría de los himnos hablan de armas, sangre, patria, orgullo y superioridad, «Grândola Vila Morena» elige otro camino. Su letra exalta la igualdad, el compañerismo y la fraternidad, pero a la vez termina recordando que a pesar que los poderosos lo intenten es el pueblo el que manda y ordena.
«Grândola» fue compuesta por José Afonso (José Manuel Cerqueira Afonso dos Santos), célebre cantautor y activista de la resistencia. Varios de los miembros del Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA), sublevados en armas, habían escuchado esa canción al cierre de un espectáculo de la fadista Amália Rodrigues en el Coliseo de Lisboa, el 29 de marzo de 1974.
Otra canción popular «Fado Tropical», de Chico Buarque, creada un año antes, se resignifica con este suceso político que inicia una nueva etapa en la historia de Portugal. Si antes del 25 de abril la letra de la canción sugiere que Brasil vivía en una dictadura, afirmar sobre Brasil: «Ai, esta terra ainda vai cumprir seu ideal. Ainda vai tornar-se um imenso Portugal», equivalía a decir que una revolución podría barrer a los militares y a la burguesía fuera del poder. Otra canción de Chico Buarque «Tanto Mar», reescrita posteriormente, mostraba la alegría y la esperanza que este suceso despertaba en el pueblo brasilero.
La llamada «Revolución de los claveles» fue un levantamiento militar acompañado de apoyo popular, que tenía como objetivo restablecer los derechos civiles de la población cercenados por un golpe de estado que terminó con el régimen parlamentario previo, y a su vez, permitir el llamado a elecciones democráticas. Es así como gracias a este movimiento popular, Portugal se convirtió en un estado democrático de derecho. El 27 de junio de 1976, Portugal vivió sus primeras elecciones presidenciales libres, en las cuales ganó Antonio dos Santos Ramalho Eanes, uno de los miembros del MFA.
Simpatizante de los regímenes totalitarios de Italia, Alemania y España, el gobierno de Oliveira Salazar se constituyó bajo el lema “Dios, Patria y Familia”, llamando «Estado Novo» (1933-1974) a un sistema de control social que, bajo una apariencia democrática, avaló bajo la Constitución interna todo tipo de censura, supresión de libertades y represión.
Inicialmente, Oliveira Salazar fue nombrado ministro de Hacienda, logrando estabilizar la moneda y, en consecuencia, acceder a la presidencia en 1932. Posteriormente fue primer ministro, de 1958 a 1968, año en que sufrió un accidente casero, un golpe le produjo un accidente cerebral, que le impidió seguir gobernando. Su política ultraconservadora se mantuvo en manos de su sustituto, Marcelo Caetano, hasta que fue reemplazado por la victoriosa revolución cívico-militar .
«Los capitanes de abril», como se conoce a quienes participaron en este movimiento, eran en su mayoría jóvenes oficiales que se negaban a seguir luchando las guerras colonialistas portuguesas, cansados de ver morir a sus compañeros. A ellos se sumó el pueblo, hundido en la pobreza y harto de la violencia de Estado y de la falta de libertades.
Consciente que había una revolución en gestación una joven costurera y camarera, Celeste Martins Caseiro se acercó a la céntrica Plaza de Rossio con una cesta llena de claveles (flor de la temporada) que traía de su lugar de trabajo. «Trabajaba en un restaurante que fue inaugurado el 25 de abril de 1973. El 25 de abril de 1974 cumplía un año y los dueños quisieron celebrar el aniversario y nos pidieron que compráramos flores para la fiesta. Pero al día siguiente decidieron que el negocio no iba a abrir porque había empezado la revolución», recuerda Celeste, en una entrevista en el «Jornal de Notícias».
Eran las nueve de la mañana del 25 de abril, cuando un joven soldado le pidió un cigarrillo; en cambio le dio un clavel rojo que el joven introdujo en la boca de su fusil. «No tenía cigarrillos. Miré a mi alrededor y no había ninguna tienda, así que le ofrecí un clavel. Él lo recogió y lo puso en su fusil, de manera que le ofrecí a otro y lo aceptaron, y luego otro y luego otro. Fue una alegría muy grande. Estaba muy contenta cuando les vi cruzar la plaza con los claveles. Fue una sensación que no se puede explicar». Ese gesto pasó a la historia como una de las razones por las que la revolución fue tan pacífica: en ella sólo murieron cuatro personas.
A medida que avanzaba el día y la gente seguía llegando, las calles se llenaron de flores y de abrazos. La población colocaba de manera emotiva y espontánea los claveles que llevaba en la boca de los fusiles de los jóvenes libertarios; mientras las calles continuaban llenándose de claveles, originando con ello el nombre al movimiento popular con el que se lo conocería desde entonces: «La Revolución de los claveles».
La nueva democracia parlamentaria terminó con la guerra colonialista y garantizó su independencia a Guinea-Bissau, Angola, Mozambique, Cabo Verde, Macao, Santo Tomé y Príncipe, y Timor. El 25 de abril es, desde entonces, día de fiesta nacional, dedicado a la memoria de la gesta revolucionaria y a la reflexión sobre sus antecedentes, formas y consecuencias .
Fado Tropical, Chico Buarque.
Oh, musa do meu fado
Oh, minha mãe gentil
Te deixo consternado
No primeiro abril
Mas não sê tão ingrata
Não esquece quem te amou
E em tua densa mata
Se perdeu e se encontrou
Ai, esta terra ainda vai cumprir seu ideal
Ainda vai tornar-se um imenso Portugal
Sabe, no fundo eu sou um sentimental
Todos nós herdamos no sangue lusitano uma boa dose de lirismo…(além dasífilis, é claro)*
Mesmo quando as minhas mãos estão ocupadas em torturar, esganar, trucidar
Meu coração fecha os olhos e sinceramente chora…
Com avencas na caatinga
Alecrins no canavial
Licores na moringa
Um vinho tropical
E a linda mulata
Com rendas do Alentejo
De quem numa bravata
Arrebato um beijo
Ai, esta terra ainda vai cumprir seu ideal
Ainda vai tornar-se um imenso Portugal (…)
Quisiera felicitar al autor por la lucidez del relato de la Revolución de los claveles . En mi ignorancia de historia de Portugal , he aprendido , sobre los 48 años de dictadura que tuvieron que soportar los portugueses cuyo lema era Dios Patria y Familia muy parecido a lema que identificó al franquismo .
La religión católica fue en estas dos dictaduras muy importante interpretada de tal forma que había que practicar la obediencia en todas sus formas . Nadie podía disentir al lema de la dictadura de Salazar.
Soy neófita en estos temas pero me entusiasmaron, especialmente por lo que concierne a nuestra futura constitución . La constitución que rige a los portugueses se generó en una asamblea constituyente después de la Revolución de los claveles . ¡¡Felicitaciones de nuevo!
Muchas gracias por tus siemrpe lúcidos comentarios.
La revolución de los claveles, un canto a la libertad de un pueblo que tenía hambre, pero más hambre de libertad, de justicia, de esperanza
Una nación que desterró el colonialismo y camino a una democracia de y para todos
Esto demuestra que si puede haber revolución sin masacres de los otros
La historia la escriben los pueblos y trazan su destino con la fuerza de la razón
Muchas gracias!. Por eso quisimos traer el ejemplo de Portugal.