Economía del Bien Común y Banca Ética. ¿Un nuevo paradigma?

De Susana Oviedo y Alter Pablo Rozental

26 de Nov de 2021

Lo primero es saludarlos a todos. Hola a todos, en nombre de nuestro Blog unaisladeideas, les damos la bienvenida a esta actividad con el ingeniero Gerardo Wijnant, quien está a cargo de la subgerencia de Impacto en Doble Impacto Banca Ética, con el que conversaremos de temas muy interesantes, como son la Economía del Bien Común y la Banca Ética. Gerardo, queremos darte las gracias por tu tiempo, y por tu disposición para con nosotros. Para nosotros como blog es muy importante acercarnos a estos temas. Que sea una conversión relajada de la que podamos aprender. Aprender de estos temas que, en estos tiempos en que vivimos, cada vez son más y más importantes. Entonces, lo primero es darte las gracias.

Muchas gracias a ti Susana y a unaisladeideas. Me encanta el nombre que le han puesto a lo que están haciendo, así que encantado de poder ser parte y conversar de estos temas que también me apasionan. Así que espero que esta conversación le pueda servir a aquellos que nos están escuchando o viendo ahora. Así que encantado, gracias por invitarme.

Nosotros, felices. Yo tengo un mini resumen que quiero leer, la verdad es que tu currículum es súper extenso, y queremos contarles a nuestros amigos quién es Gerardo Wijnant. Básicamente, quisiera que cuentes tú mismo un poco más de dónde sale esta motivación, cómo ha sido este viaje tuyo en estos temas.

Gerardo Wijnant tiene una experiencia laboral de más de 30 años y un currículum muy extenso. Gerardo fue el Gerente General de COMPARTE, hasta el año 2013. COMPARTE fue una de las primeras organizaciones certificadas de Comercio Justo en Chile con distribución de productos en más de 25 países, generando apoyo a más de 500 pequeños productores en Chile. También ha sido miembro del directorio global de la Organización Mundial de Comercio Justo y parte del directorio de la misma organización en su capítulo regional latinoamericano. Actualmente, Gerardo es el subgerente de Impacto en Doble Impacto Banca Ética y miembro de muchísimos directorios. Aquí apunté algunos: miembro del directorio de la Plataforma de Inversiones Sociales Doble Impacto, miembro de la Comisión Nacional Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal de Chile, del Comité de Artesanía del Consejo de Cultura y de las Artes, y de muchos otros más. Y por el lado académico, en la enseñanza: Profesor de diplomado de la Universidad Alberto Hurtado, de la Universidad Católica, de la Federico Santa María, en temas de Economía Social y Comercio Justo y Sostenibilidad en el Trabajo.

Bueno, creo que es un resumen breve, pero que nos muestra quién es Gerardo, no sé si quieres contar algo más de ti antes de hacer preguntas específicas.

No, nada, mira. Sí, aparece siempre ese currículum como muy destacado en muchas cosas, pero, por otro lado, uno siempre es incompleto. No sé andar en bicicleta, nunca me subí a un caballo, entonces al final uno dice sí, está bien, he desarrollado algunas cosas, pero otras cosas no las he desarrollado o las he desarrollado mal. Y por eso, creo que también me falta mucha complementariedad en otras cosas. Pero dicho eso, todos estos temas donde he estado son pasión de vida, porque desde que yo estaba en la Universidad, incluso más, en el colegio siempre pensaba, también por mi formación, que uno está dotado de ciertos talentos, que pueden ser pequeños, grandes, da lo mismo. Pero al final ¿qué se hace al final del día con eso? Y si la vida no está marcada por una opción de servicio, finalmente es muy fácil caer en el vacío, en definitiva, de búsquedas, que nunca encuentran un espacio. Entonces, yo busqué en la Universidad cuando me estaba formando, una actividad con la cual poder desarrollar algún tipo de acción para aplicar los conocimientos que estoy aprendiendo acá, pero que también se transforme en un servicio para la sociedad. Y ahí por las casualidades, aunque no son casualidades, no creo que haya casualidades en la vida, sino que cuando uno está suficientemente preparado para algo aparecen los maestros, leí alguna vez en alguna parte. Y por lo tanto, éstos fueron apareciendo porque yo tuve la disposición de hacerlo. Personas que me marcaron muchísimo, y que me permitieron avanzar en esas actividades. En el Comercio Justo, ir a fondo con eso, y una cuota alta de perseverancia porque uno ama lo que empieza a hacer y entonces persevera. Y uno, además, yo soy medio porfiado, entonces finalmente seguí en esa línea y nada, muy contento de hacerlo. Entonces, toda la trayectoria ha sido buscar en estas propuestas de economías sociales, en las que el ser humano está en primer lugar. Su dignidad. Y luego, con todo ordenado en función de ello y por cierto, con la naturaleza y los sistemas, los ecosistemas; con todo el respeto y la armonía que debemos tener como seres humanos con un espacio que se nos ha dado durante un tiempo, pero en préstamo, para ser entregado luego a los que vienen. Entonces hay mucho de preocupación en eso también y afortunadamente fui encontrando los espacios para desarrollar estas cosas. En conjunto con mucha más gente, no en una labor solitaria, más bien creo en la colaboración. Pude haber tenido muchas ideas, pero si no era acompañado por otras personas seguramente no hubiese llegado a ninguna parte.

Exacto. Trabajo colaborativo. Bueno, y como para partir, la pregunta del millón, la primera consulta que te queremos hacer como ciudadanos comunes y corrientes, personas comunes y corrientes de Chile, de Argentina, de Latinoamérica, es que nos ayudes un poquito a entender, si bien estos conceptos los hemos escuchado en el pasado, ¿Qué es Economía del Bien Común y Banca ética? El tema del Comercio Justo lo hemos escuchado algo más. Pero Economía del Bien Común y Banca ética, ¿Cómo lo podríamos comprender y cómo podríamos nosotros como ciudadanos, ir acercándonos de a poco a estos modelos, a estos conceptos?

Mira, gracias por la pregunta. La Economía del Bien Común es una propuesta que nace por Christian Felber, que es un profesor austriaco, que fue pensando hace diez o doce años atrás, en esta necesidad o esta incoherencia que existe en los sistemas económicos en los países. La incoherencia que hay en cuanto a una disociación que existe entre los valores humanos, los que nos permiten relacionarnos y construir sociedad y lo que ejecuta la economía. Entonces se empieza a dar cuenta y comienza a hacer una investigación y refiere a Aristóteles y Jenofonte, 300 o 400 años a.c., con la definición de economía como el espacio en el cual eco es casa, nomos es la gestión. La gestión de una casa. O sea, la economía esencialmente es la búsqueda del bienestar de los habitantes de una casa. Y eso lo contrapone a la crematística, que es el afán del dinero por el dinero. Y lo que ha pasado con la economía en los últimos años, los últimos cincuenta, setenta años, incluso más desde la Revolución Industrial, es que se ha distorsionado el concepto de economía y se ha confundido con esta crematística. Además, él dice que la mayoría de las constituciones de los países, en casi su primer articulado está expresado el concepto del bien común, pero, sin embargo, hay una esquizofrenia en términos de que las reglas y normas que luego los gobiernos, los estados ejecutan, no tienen nada que ver con ese concepto del bien común. Y se miden cosas que son distintas, valores que son diferentes, con reglas iguales. Y eso no tiene sentido. Entonces lo que plantea es que hay que integrar los valores humanos a la economía de manera tal de buscar ese correlato entre lo que esencialmente era la economía como lo planteaba Aristóteles o los griegos. Entonces, ¿cuáles son esos valores? El respeto por la dignidad humana, la solidaridad, la sostenibilidad ecológica, la justicia social y la participación. Y eso, en contacto, cualquier empresa, cualquier organización, cualquier persona, pueden hacer lo que llamamos en la Economía del Bien Común: el Balance del Bien Común. Que es llevar estos valores, que son los que nos permiten relacionarnos y vivir en armonía, llevarlos al presente de las empresas y las organizaciones. Y ahí se genera lo que se llama el Balance del Bien Común.

¿Cómo se mide finalmente? ¿Cómo podemos medir esta contribución al bien común? Para pasar además del concepto de competencia brutal, al de colaboración. Y del afán de lucro al máximo bienestar de las personas. Entonces, si tú te fijas bien, cuando uno ve en la prensa, muchas veces el ranking de las mejores empresas medidas por el tema de sus utilidades. Las utilidades que obtuvo tal empresa, o transnacional, obtuvo una rentabilidad tremenda porque… pero cuando tú ves un balance financiero, no te dice absolutamente nada del comportamiento de esa empresa con sus trabajadores, con cómo se vincula con el medio ambiente, con la comunidad donde está inserta, con las cadenas de valor en las cuales puede haber insumos y proveedores que son explotados en algún lugar del mundo, o que están destruyendo la naturaleza en algún lugar. Ese balance no te dice absolutamente nada de esa realidad. Entonces la propuesta de la Economía del Bien Común es añadir a ese balance, que es necesario tener claridad sobre un ingreso, mis gastos, eso es evidente. Nadie niega que eso es fundamental y debe tener un orden. En eso estamos de acuerdo. Pero en lo que tenemos que avanzar es en conseguir un estado de conciencia mayor, es decir, que la empresa más exitosa, o la empresa que más contribuye a la sociedad sea aquella que más sirve al bien común. Y eso se mide a través de este Balance del Bien Común, que conjuga estos valores en cuatro casilleros o columnas: Dignidad humana, Solidaridad, Sostenibilidad ecológica y Justicia social. Y participación, con todos los grupos de contacto de la empresa, de la organización. Entonces, los trabajadores, los colaboradores, inicialmente las cadenas de valor, los proveedores. ¿Qué proveedores elijo? Entonces cuando yo cruzo, por ejemplo, Dignidad humana con Proveedores, la pregunta es, cuando yo elijo mis insumos para hacer un producto o un servicio, ¿en qué me estoy fijando? ¿Solamente en el precio más bajo que el habitual? ¿O me fijo en la consistencia, el respeto a la dignidad de las personas en esa cadena de valor? Entonces empiezo a tomar otras decisiones. A lo mejor tengo que comprar insumos que son más caros, pero después tengo que ser inteligente en la forma de comunicarlo a mi público, a mis clientes para decir, detrás de este producto o este servicio que yo estoy entregando, hay un respeto a las personas, hay un respeto al ecosistema, hay un respeto a la comunidad. No sólo no estamos dañando eso, sino que estamos contribuyendo a una mejor sociedad, a una mejor vida. Entonces es interesante porque lo que busca es eso: resituar, resignificar el concepto de la economía, a aquello que nunca debió dejar de ser. Y por eso también Christian Felber dice: «los mayores economistas finalmente son las dueñas y dueños de casa». Porque, en definitiva, son las personas a las que no las mueve la máxima utilidad, sino que buscan otros incentivos, una mamá busca siempre por naturaleza, el máximo bienestar de sus hijos. No le dice a los niños, “mira, este mes no vamos a comer porque tenemos que maximizar la utilidad”, porque eso sería un absurdo. Tienes un problema psiquiátrico de proporciones si entras en esa cosa. O “no se bañan todo el mes porque tenemos que ahorrar agua y con eso vamos a maximizar nuestra utilidad”. Eso es una tontera. Es una torpeza, una cosa absurda. Lo que busca es tener el mejor abrigo, las mejores posibilidades para que no sufran frío, que tengan una buena alimentación, que vivan adecuadamente en una condición de amor, de afecto, de cariño. Eso a grandes rasgos es el concepto de Economía del Bien Común.

Y pasando a la Banca Ética. El otro concepto, el que estamos llevando nosotros, tiene su raíz también en varios bancos a nivel internacional. Particularmente uno, que es el más conocido, es el Triodos Bank en Holanda, que luego se ha extendido, que surge por un grupo de empresarios, en los años 70, al principio de los 70, muy concernidos por la guerra de Vietnam, por las tragedias que estaban ocurriendo en esa época. Ellos empezaron a preguntarse ¿quién financia la guerra? Porque finalmente los estados compran armamentos, gastan a partir de los impuestos y también, de industrias armamentistas en las cuales los bancos invierten. Esa fue la primera mirada. Y después se dieron cuenta que hay una serie de industrias y actividades, que sencillamente si uno lo piensa, no están sirviendo a una sociedad mejor. No están generando un impacto positivo, o muchas de ellas no pertenecen a la economía real.

Permitir que el organismo social se mueva, es un medio, no es un fin, tal como lo plantea la Economía del Bien Común. Es un medio para que este organismo social se nutra adecuadamente, florezca adecuadamente y pueda crear todo lo que está llamado a crear. Pero en conciencia de lo que es positivo para la sociedad de lo que no lo es. Entonces dicen, “no podemos seguir llevando nuestro dinero a lugares donde no sabemos en qué lo ocupan”. Y lo que nos pasa a la mayoría de las personas, es que estamos tan acostumbrados a que los bancos funcionen de una determinada manera, y como dice Joan Melé, el gran impulsor de la Banca Ética, que es nuestro presidente de la Fundación Dinero y Conciencia, “los bancos no tienen dinero”. Gestionan el dinero de las personas que ahí lo colocan. Entonces, lo loco, por así decirlo, es que mi dinero es el que está ahí, y yo ni siquiera pregunto qué hace el banco con mi dinero cuando no lo estoy usando. Entonces el sentido de crear esta Banca Ética es tener una transparencia total, radical, de saber en qué se ocupa el dinero de las personas que lo han podido ahorrar en un momento determinado, a veces uno tiene ahorro y puede invertirlo, a veces no lo tiene. Pero en momentos determinados cuando no lo estoy ocupando y no lo necesito, ¿qué está haciendo el banco con mi dinero? Entonces surge esta idea en Europa, y luego nosotros hemos seguido un poco el modelo desde el ámbito de las nuevas economías, una serie de organizaciones y personas que han trabajado en movimientos sociales. Y también gente de la banca. Mucha gente de la banca. Este es el sentido de la Banca Ética, lograr que el dinero fluya hacia actividades que hacen bien a la sociedad. Nosotros hemos construido ya en Chile Doble Impacto y nos vamos a constituir en banco. Y en Argentina y Uruguay, ya hay una oficina, Apertura A, que está trabajando firmemente en la búsqueda de proyectos que puedan financiar. Bajo esquema de educación de calidad e industrias creativas, desarrollo social e inclusión, y proyectos de naturaleza, medio ambiente, sistemas alimentarios, una agricultura sostenible, eficiencia energética y desarrollo sostenible. Todos esos ámbitos son los que nos interesan potenciar, porque finalmente hacen bien a la sociedad. Y no esperamos que las organizaciones de las empresas sean perfectas, pero que estén en un camino de desarrollo hacia una mayor sostenibilidad, hacia este sentido que yo te explicaba también, de nueva economía como la Economía del Bien Común u otras.

Perfecto. Una de las cosas que, en el caso de Chile ya comentaste es el status en el que está este proyecto, que claramente ya es un hecho, hay varias etapas que ya se han cumplido. Eso es lo que entiendo. Y también comentaste el status en Latinoamérica. Una de las preguntas que teníamos, es si a tu juicio existe algún modelo, sin entrar en aspectos puramente políticos, donde este concepto de la Economía del Bien Común y la Banca Ética es más amigable. Antes tu nombraste a Holanda. ¿Cómo es en Latinoamérica?

Más allá de los contextos políticos, porque muchas veces son enrarecidos o muy complejos, la política es fundamental, yo creo que es muy necesaria. Sin embargo, la Economía del Bien Común en particular, también la Banca Ética, se plantean como opciones económicas o mecanismos que son apartidistas o no buscan encasillarse en un esquema determinado. Obviamente, cuando uno observa, hay una diferencia muy grande entre un esquema extremadamente neoliberal y las propuestas de una Economía del Bien Común, porque ésta coloca en primer lugar a la persona. No al crecimiento por el crecimiento mismo. Y eso tampoco tiene sentido. Entonces uno podría decir, sí, está apartado de esa realidad, como también está apartado de una economía centralizada. O sea, estos modelos buscan la mayor autonomía de parte de los territorios, de las comunidades, que ojalá no dependan tanto del actuar del Estado.

Pero en lo posible, el desarrollo local que generan las economías sociales en general, el Comercio Justo, la Economía del Bien Común, etc.….  deben tener un apoyo desde las políticas públicas como incentivo, trata de ser lo más autónomos posibles para potenciar la vida de esas comunidades, el desarrollo local, la potenciación del desarrollo local, que también incide en los grandes problemas que tiene el mundo a nivel global. La circulación de productos que, no niego que sea necesaria, pero podría minimizarse bastante, si es que potenciamos las industrias, las formas de producción locales, etc. Puede sonar romántico en algunos casos, pero fíjate tú que aquí durante la pandemia, en Chile por lo menos, en las que hubo aumento en los niveles de pobreza debido a la situación, pero en las zonas rurales, más locales, más pequeñas, el sentido de solidaridad y de integración, nuevamente se potenció. Y por lo tanto, ahí no aumentó la pobreza, al revés. Tiene un sentido bien profundo. Entonces, volviendo a tu pregunta, no adhiere a un modelo específico, sino que trata de invitar a las personas a repensar la forma en que nos relacionamos en la economía, y por lo tanto potenciando ese bien común, ese impacto positivo. Y podemos pensar distinto en lo político, a lo mejor imaginarnos que un esquema podrá mejorar a otro, pero si no hay una transformación desde las personas finalmente, y desde los colectivos, es poco lo que puede hacer un estado. Porque esto pasa por niveles de conciencia en los que la gente tiene que ir avanzando cada vez más. Y nuestro objetivo, también en el ámbito de la Banca Ética, es hacer conciencia de este uso del dinero. Hacer consciente de que si hacemos fluir el dinero a aquello que realmente es necesario e importante, van a ir desarrollándose cada vez con menor potencia actividades que no nos hacen bien. Centrales termoeléctricas, actividades que contaminan. Todo aquello que, en última instancia, no nos sirve. Entonces, eso es lo que te podría decir. No es que adscribe o partidario de algo, es un espacio acogedor, pero obviamente no es extremo en cuanto a que la mano invisible y todas estas cosas raras que nos colocaron en la Universidad, además están fuera de contexto. O sea, Adam Smith hizo un libro de teología moral, de 800 páginas y el señor Friedman le extrae una frase sacada de contexto. ‘La mano invisible del mercado’. Es un slogan que supuestamente funciona, pero no es así. Si no hay solidaridad en la sociedad, si no hay preocupación por el medio ambiente, si no hay preocupación por el desarrollo de las comunidades, no tenemos nada. Tenemos una segregación y una destrucción del tejido social, que es gravísima. Y por lo tanto, estos valores a los cuales nos hemos referido, son fundamentales para poder vivir una vida sana. Una vida saludable, en armonía con los otros seres humanos y con el resto de los seres del planeta. En armonía, no en depredación, que es lo que ha ocurrido.

Gerardo Wijnant

Observando en el trasfondo de tus reflexiones, estoy pensando inevitablemente en el rol de la educación en los hábitos de consumo. Y en ese sentido, ¿Cómo ves tú este aspecto? Claramente el rol de la educación debería ser muy importante desde muy niños, en términos del valor del dinero, de los hábitos de consumo. ¿No te parece?  ¿Cómo ves eso en la realidad de nuestros países? Porque la realidad en América Latina es muy diferente de la de Holanda. O sea, pensemos ¿Cómo es en Chile, en Argentina?

Sí, es muy cierto, tenemos un déficit muy grande en cuanto a esa formación. Que parte de raíces bien complejas, digamos, porque por ejemplo en Chile, puedo hablar por la experiencia de acá, la profesión de pedagogo, de profesor, ha sido muy mal valorada. Entonces, por lo tanto, son gente que dedica su vida al profesorado, a enseñar adecuadamente, pero al final con muy pocos incentivos, con mucha dificultad, con mucho cansancio. Entonces es difícil poder transmitir, y también dentro de los programas educacionales, estos conceptos a los cuales tú te referías no están incorporados. Y después en la Universidad tampoco, yo soy ingeniero industrial, feliz de la educación que recibí en ese sentido, pero a mí nunca me hablaron de sostenibilidad, de la preocupación por la comunidad, etc., todo eso debe ser mucho más integrado. Y tal como dices, desde la más tierna infancia. O sea, desde pequeñitos debería haber una preocupación por estos temas y estamos muy lejos de eso.

Yo estaba pensando en eso, en los colegios, tampoco recuerdo, no tengo esos recuerdos ni siquiera en mi educación, ni en la educación de mis hijos. No era un tema. Y me da muchas ganas que lo sea, ¿cuáles son los pasos siguientes en términos de la Banca Ética en Chile y en Argentina? Porque a uno le dan ganas como ciudadano común, que empiece ya.

De hecho, Doble Impacto está funcionando hace tres años y tanto, hemos financiado más de 56 millones de dólares en varios proyectos que yo te mencionaba, también en educación de calidad. O sea, nos interesan proyectos educativos que generan mejores opciones para los niños que están involucrados ahí. Entonces cuando hacemos un análisis de un colegio, que tiene un requerimiento de financiamiento, nos preocupa mirar su plan de estudios, qué consideraciones tienen más allá de las exigencias mínimas que pone el Ministerio de Educación en los distintos países. ¿Qué añadidos están llegando a esos mínimos exigibles, de manera de pensar que a los niños se les imparte una educación que realmente les pueda servir para ser personas que tienen esta conciencia de la cual estábamos hablando? No es fácil, vamos encontrando algunos casos, vamos ascendiendo paso a paso en mejores posibilidades. Y después esas experiencias las podemos comunicar y decir que estamos financiando una iniciativa que tiene tal proyecto educativo. La cantidad de inversionistas que tenemos ahora en Chile son más de 4 mil en la plataforma. Más alguna family office, un fondo de inversión que nos permite llegar a proyectos de más largo plazo. Y estamos en camino para constituirnos ya en banco a principios del 2023. Ese es nuestro plan. Y en Argentina y Uruguay, ya se ha constituido la oficina, ya tiene estructura legal, y precisamente están en la etapa de levantar proyectos, de recibir solicitudes, por eso yo los invito a que la conozcan. Después Susana te puedo dejar la información de las oficinas en Argentina también, para que la gente pueda acceder a proyectos, consultar, y ahí hay un equipo muy bueno, muy comprometido. También en Brasil, por si hay alguien de Brasil que nos está escuchando. Hay una oficina también que está trabajando en el mismo sentido que Doble Impacto para llegar a ser banco. Lo que pasa es que nosotros llevamos una delantera ya de como tres años, cuatro años, entonces obviamente hay que hacer un camino. Pero va muy bien. Porque ya tienen la experiencia y todo el trabajo que hemos desarrollado en Chile, estamos apoyando este proyecto fuertemente. Desde Chile estamos con unos equipos extraordinarios. En Argentina, Uruguay y en Brasil.

¿Tienen algún ejemplo de algún proyecto en especial, no sé si estrella, que los  satisfaga?

Bueno, hay muchos muy interesantes. Por ejemplo, en agricultura hemos financiado a cooperativas. Por ejemplo, una cooperativa de miel que trabaja bajo el concepto de Comercio Justo. Son más de 500 cooperados, a los que nosotros hemos financiado con capital de trabajo para microcréditos que ellos también entregan a sus asociados y que ellos lo canalizan de esa manera. Hemos financiado fundaciones también. Muchas veces las fundaciones no perciben que el esquema de una deuda puede servirles. Y hemos podido demostrarles a muchas de ellas de que sí es positivo eventualmente endeudarse con proyectos, digamos, porque tienen proyectos hacia adelante, pero que los flujos no coinciden. Pero tienen que hacer una serie de actividades y luego reciben el pago, mucho tiempo después, pero la persona que trabaja en la fundación tiene que… Por ejemplo, otro proyecto muy interesante, hemos financiado la primera planta de revalorización de residuos de la construcción y demolición, que es un tremendo problema para las empresas constructoras que muchas veces no saben qué hacer con sus residuos. Esa planta recupera todo eso y le genera un nuevo valor.

Qué genial. Y existe también la colaboración, esto también es una pregunta que se me ocurre en este instante, ¿existe la colaboración entre bancas éticas en el mundo? Estábamos hablando de los ejemplos y tú me estabas contando de apoyo de financiamiento de cooperativas en temas de miel. Me estabas contando eso.

También te contaba de una planta, hemos financiado la primera planta de revalorización de los residuos de la construcción. Es decir, ayuda en la región de Valparaíso, en la costa de Chile, un proyecto grande, con maquinaria suficiente, interesante, que permite recuperar gran parte de los residuos de demoliciones o de construcciones para revalorizar esos desechos y volver a insertarlo como…

Cantidad de basura y de elementos nocivos, también el peligro para la sociedad de eso. Y resuelve un gran problema en la construcción con todo eso. Y bueno, también eso iba a parar a vertederos ilegales, a lugares que no corresponde. Entonces hemos hecho proyectos de recuperación, de reciclaje, de revalorización de residuos muy interesantes y estamos encantados de apoyar muchos más proyectos en ese sentido. Proyectos de agricultura, por ejemplo, orgánica, biodinámica, regenerativa. Hemos ido entrando en eso. Porque lo que queremos es una alimentación y una agricultura sostenible, una alimentación saludable que es necesaria para el organismo humano, y no seguir consumiendo leseras que al final nos generan más problemas que beneficios.

Muchos proyectos, como te decía, fundaciones, organizaciones de salud, colegios e industria audiovisual.  Hemos apoyado el arte también como la necesidad de una vida buena, también a la cultura. Nos interesa ser el banco de la cultura, o sea, que se potencie una mejor cultura. Y en ese sentido también debemos tener mucho cuidado dentro de lo que se considera cultura, de qué financiamos y a quiénes no financiamos. Entonces, por ejemplo, hemos visto que hay expresiones que se plantean como culturales pero que, por ejemplo, denigran a las personas. O denigran a la mujer. O denigran a ciertas personas, o segregan. Entonces claro, puede haber una creación, tenemos que ser muy cuidadosos de que esa creación no fomente ni violencia, ni adicciones, ni denigre a nadie. Ni que se burle de las personas. Entonces, tenemos este cuidado de ir viendo los proyectos, y decir bueno, en esto queremos estar y en esto no, vaya a otro banco. La verdad que no es algo que queramos potenciar. Está en el fondo elevar la capacidad de pensar también a través de la industria audiovisual, del arte, de la cultura.

Espectacular. Mira, no puedo creer que hayan pasado 53 minutos, 30 segundos y ya nos queda poquito. Tal vez lo que te quisiera pedir, nosotros como unaisladeideas, no sé si buscar una plataforma mejor. Pienso que tiene que ver con la conectividad a internet. Tal vez si tu fueras tan amable en un tiempo más, puedas volver a conversar y ahondar más, porque tenemos muchas preguntas y muchas ganas de estar interactuando contigo.

No, feliz, ningún problema Susana. Estoy feliz de poder seguir conversando los temas que nos apasionan.

Por supuesto, nos queda poquito tiempo, obviamente te quiero agradecer en nombre de unaisladeideas, de nuestro Blog, de este proyecto con Pablo Rozental, que partimos hace pocos meses, y que realmente nos tiene muy motivados. Queremos de verdad unirnos como red, como comunidad en lo que se refiere a las artes y a la cultura en general. Poder difundir algunas iniciativas que nos parece que valen la pena de todas maneras. La verdad que para nosotros ha sido muy interesante, cuando nosotros decíamos: Banca ética, Banca ética, y la banca común, nuestra última pregunta queda así abierta, ¿es tan ética?

Sí, no, fíjate, buena tu pregunta, porque lo que nosotros estamos construyendo no es contra la banca tradicional. Sino que es tratar de convencerles de que, si elevan sus estándares éticos, en definitiva, de qué financiar y qué no financiar, las cosas se pueden transformar.

Yo creo que sí, un millón de gracias de nuevo, un abrazo y estamos en contacto. Gracias a todos, a los amigos.

Cariños a Pablo también y seguimos.

¡¡¡Besos a todos!!!

 

 

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1 Comentario

  1. José

    Gracias por la cantidad de conceptos que incluye este texto y mostrar las ventanas que vinculan Humanidad-Bienestar- Dinero

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