El film “Maestro”, protagonizado y dirigido por el actor y ahora director Bradley Cooper, nos introduce en la mente y en la intensa y singular vida del genial conductor de orquesta Leonard Bernstein. Se trata de su segunda película luego del éxito de una nueva remake de “Nace una estrella” (2018), en la que, además, compartió el protagonismo con la cantante Lady Gaga.
Producida por Steven Spielberg y Martín Scorsese intenta aproximarse, con una enorme sensibilidad y creatividad, a una figura clave de la cultura estadounidense del siglo XX. Inicialmente fue un proyecto que en un primer momento iba a dirigir Steven Spielberg. El cineasta finalmente le cedió el trabajo a Cooper.
El film comienza cuando un joven Bernstein de apenas veinticinco años acaba de recibir la llamada telefónica que le cambiará su vida. Le han pedido que sustituya a un director invitado enfermo y dirija la Filarmónica de Nueva York, en el que será su debut al frente de la orquesta.
Leonard Bernstein era director asistente de la Filarmónica cuando subió al escenario del Carnegie Hall el 14 de noviembre de 1943. El programa comenzó con Schumann y terminó con Wagner. Al día siguiente, “The New York Times” publicó una reseña sobre el concierto en primera plana. Unos días más tarde, “The Times»; volvió a publicar acerca del evento con un pequeño artículo en el que comparaba el debut de Bernstein con un joven cabo que se hace cargo de un pelotón cuando los oficiales están caídos: «Es una buena historia de éxito estadounidense».
En el film se muestra su enorme pasión por la música en todas sus facetas: como compositor, ejecutante, maestro y director de orquesta. También se refiere a su relación con la actriz Felicia Montealegre Cohn (una estupenda Carey Mulligan), con quién se casó y tuvo tres hijos. Bernstein es, con razón, el motor principal de “Maestro”, pero resulta crucial para el significado de la película su relación con su familia, especialmente con su esposa Felicia.
Inicialmente la película describe cómo ese encuentro va creciendo hasta transformarse en un vínculo imprescindible para ambos, con el riesgo latente de convertirse en un instrumento destructivo y altamente conflictivo debido a la bisexualidad del músico. A pesar de conocer su inclinación sexual, la actriz Felicia Montealegre decidió casarse con él. En una carta publicada en el libro de 2014 «Las cartas de Leonard Bernstein», describió su matrimonio como «un terrible desastre«. Ella estaba dispuesta a aceptarlo tal cual era, sin convertirse en una mártir, permitiéndole libertad sin culpa. Bernstein, por su parte, mantuvo socialmente sus aventuras en secreto, enfrentándose a un país profundamente homofóbico en los años 50’.
Un mérito evidente de Cooper es el de haber podido captar el espíritu y la complejidad psicológica de los protagonistas. Lo habitual en estos casos es que en el intento por describir esos aspectos en universos mentales tan ricos y poblados, se disperse lo esencial y se pierda de vista lo más sustancial e importante.
La película está filmada combinando el color con el blanco y negro y esa búsqueda estética aporta al clima de época del registro que se extiende desde su juventud hasta casi el final de la vida del director. Resulta evidente una gran influencia del cine americano de los años 70’ y los 80’, con una atmósfera y una cadencia que nos remiten a algunos films de Bob Fosse como “All that Jazz” (1979).
El despliegue actoral de Bradley Cooper, además de la dificultad por caracterizar a Bernstein en su edad madura, le insumió un esfuerzo corporal extraordinario para recrear las escenas en las que hacía gala de un notable virtuosismo como conductor de orquesta. Cooper estudió dirección durante seis años sólo para reproducir seis minutos de interpretación de un concierto que Lenny dirigió en el año 1976, al frente de la Orquesta Sinfónica de Londres.
En definitiva, en “Maestro”, Cooper explora la definición y el costo emocional de este tipo de carreras artísticas exitosas con profunda empatía, hermosa música (aunque la elección del “Adagietto”, de Malher, sea algo remanida) y una gran velocidad narrativa. Se trata de una historia clásica, quizás algo edulcorada, de un luchador estadounidense. Dirigió y compuso, escribió para ballet, ópera y para musicales de Broadway. Obtuvo álbumes de oro y platino, apareció en la portada de las revistas Time y Newsweek y ganó numerosos premios Grammy y Emmy.
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