Un liderazgo necesario

De María Laura García

20 de Feb de 2022

La realidad virtual, las redes sociales, las nuevas tecnologías de almacenamiento y captación de datos y la transformación digital son un desafío con un enorme potencial y riesgos que requieren de un nuevo líder.  El líder actual tiene un marco y un horizonte basado en las urgencias ya proclamadas en las ODS 2030 de las Naciones Unidas, pero también las habilidades de inteligencia digital y la correcta alfabetización tanto digital como informativa y una nueva consciencia de líder.

Vivimos en un mundo de urgencias. En este mundo, muchas decisiones y medidas que deberían haberse tomado e implementado hace tiempo atrás, se han tornado imperiosas. Ya no podemos postergarlas más.

Estas urgencias son las que marcan los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. 17 objetivos que no sólo nos dicen cuáles son las áreas en las que un cambio de paradigma resulta urgente, sino que también nos marcan el camino por el cual avanzar, con recomendaciones e indicaciones para cada sector.

Entonces, en primer lugar, el liderazgo necesario hoy tiene un marco y un horizonte: los ODS. Las y los líderes actuales deben tenerlos muy presentes al orientar su accionar.

Al mismo tiempo, vivimos en un mundo cada día más permeado por la tecnología. Nos comunicamos, educamos, trabajamos, informamos, compramos, celebramos y entrenamos, entre tantas otras funciones diarias, digitalmente. La digitalización también ha transformado nuestros patrones de consumo y de producción, y por ende nuestros modelos de negocios, y ha supuesto una profunda disrupción en la forma de hacer política. La importancia y velocidad que ha adquirido la digitalización y el avance de las tecnologías emergentes en todos los aspectos de nuestras vidas resulta tan evidente que ningún líder puede ignorarlo o naturalizarlo sin preguntarse constantemente por las oportunidades, pero también por los desafíos que este avance implica.

Los 17 Objetivos del desarrollo sostenible para el 2030 (ODS 2030) de las Naciones Unidas un marco y horizonte de cada acción de todo líder actual.

Son tantas las barreras que se han derribado que muchas veces nos resulta difícil dimensionar el alcance del cambio. Se trata de un cambio que además es constante y exponencial, lo cual dificulta aún más la tarea, ya que cuando apenas estamos comenzando a comprender su impacto, las tecnologías ya son otras y han atravesado nuevas fronteras.

La pandemia nos ha expuesto a la vida digital sin filtros y dejó en evidencia que la ciudadanía en la era digital, y aún más el liderazgo, requiere de nuevas habilidades para convertirnos en “alfabetos digitales”. Entre estas habilidades, hay una que es fundamental y es la que está vinculada al pensamiento crítico. Desarrollar un pensamiento crítico respecto al mundo digital implica entender cómo pensamos y cómo puede ser difícil, en determinados contextos, diferenciar entre el mundo digital y el analógico; reconocer los sesgos a los que estamos expuestos constantemente; y fundamentalmente, comprender cómo informarnos para una mejor toma de decisiones.

Habilidades de la inteligencia y alfabetización digital. Especialmente la que se torna más urgente para la toma de decisiones: el pensamiento crítico.

Por ejemplo, en la era de la IA, los algoritmos y la híper-segmentación, el sesgo de confirmación, que nos lleva a consumir información que está en línea con nuestras creencias, preferencias y expectativas, se vuelve cada vez más profundo. Dado que proporcionamos constantemente a los algoritmos datos sobre nuestras preferencias, estos son cada vez más capaces de brindarnos la información que nos hace sentir cómodos. Situación que no solo nos impide estar bien informados, sino que finalmente nos conduce a la polarización y radicalización del pensamiento. Si solo escuchamos y validamos una forma de pensar, y no la ampliamos ni la cuestionamos, tarde o temprano nos convertiremos en ciudadanos intolerantes. Y cuando ya no hay tolerancia, los cimientos mismos de nuestra convivencia democrática comienzan a resquebrajarse. Los líderes que se necesitan hoy tienen que cultivar constantemente su pensamiento crítico, y aún más importante, les toca la responsabilidad de fomentarlo en cada uno de sus ecosistemas.

Otro punto muy importante está relacionado con la utilización de grandes bases de datos sobre las cuales las y los líderes informan su accionar y desarrollan estrategias. El big data está destinado a ser una de las transformaciones más importantes en las próximas décadas. Cada día que pasa tenemos más capacidad para almacenar y procesar mayores cantidades de datos sobre los seres humanos y sus entornos. Estas enormes bases de datos resultan una herramienta valiosa, por ejemplo, a la hora de proveer servicios de manera más eficiente. Sin embargo, aquellas personas a cargo de la generación e interpretación de dichas bases de datos muchas veces no son conscientes o no están capacitados para entender las consecuencias que una mala utilización de dichas herramientas puede tener: acceso a la información privada sin previo consentimiento, perfilamiento, estigmatización, discriminación, entre otros. Quienes están en posiciones de liderazgo tienen una mayor responsabilidad sobre los datos que utilizan, y aquí también la importancia de aplicar el pensamiento crítico constantemente y preguntarse de dónde provienen y por qué se les presta atención a unos y no a otros.

Se hace necesario entender como consumimos información y adquirir el conocimiento para hacerlo de forma consciente.

La realidad virtual por su parte, que empezó a popularizarse aún más cuando pocos meses atrás Facebook pasó a llamarse Meta en clara alusión al concepto del metaverso, que refiere a una nueva forma de interactuar a través de la tecnología. Está teniendo cada vez más presencia en los entornos laborales y ofrece inmensas oportunidades, pero también grandes desafíos relacionados con el pensamiento crítico. La experiencia en el mundo virtual está basada en su totalidad en percepciones. Si bien la realidad virtual no es nueva, en los últimos años los desarrollos tecnológicos han permitido que los espacios virtuales se parezcan cada vez más al mundo real, incorporando experiencias sensoriales que van mucho más allá de lo visual. Por ejemplo, se puede utilizar para realizar reuniones de equipo en empresas.  Dentro del espacio virtual, cada uno tiene su propio avatar con el que interactúa, conversa, debate, toma notas o presenta sus planes. Las distintas funciones permiten, entre otras cosas, pararse, escribir en una pantalla y compartir un documento. Uno percibe que está en una sala con una o más personas, y por su voz y el movimiento de sus labios, llega un momento en el que siente que realmente se está junto a esa persona, compartiendo un mismo espacio, por más que en realidad se trate de un avatar y el espacio sea uno virtual y no físico. Esto claramente plantea un enorme desafío en términos de nuestra alfabetización digital e informativa, y requiere que trabajemos cada vez más nuestra capacidad para entender el límite entre lo que es real y lo que percibimos como real.

Una reunión regional virtual con avatares que es percibida como una experiencia real.

La tecnología ofrece un potencial sin límites de crear y evolucionar, pero a la vez despierta grandes dilemas éticos, vinculados con la privacidad, el control, la manipulación y la asimetría de conocimiento, entre muchos otros. La era digital supone el desarrollo de herramientas que superan por mucho la capacidad cognitiva de cualquier ser humano, al menos en términos de su capacidad y velocidad para almacenar y procesar billones de datos disponibles para determinar resultados y desenlaces. Sin embargo, los algoritmos y la IA aún están muy lejos de ofrecer una alternativa real al liderazgo humano.

En resumen, el liderazgo necesario implica deconstruir el rol tradicional. El liderazgo necesario es uno que piensa de manera horizontal, en el ecosistema y en el largo plazo. Que reflexiona de manera crítica sobre la tecnología, no como una herramienta de disgregación sino de empoderamiento y de evolución social. Que tiene un sentido de propósito, ve las oportunidades, pero también se adelanta a los riesgos. Que no se abusa del desconocimiento, sino que crea proyectos para el bien común y lidera en la incertidumbre, empoderando a otras personas a través del conocimiento.

María Laura García

Emprendedora y experta en medios de comunicación, especialmente interesada en los nuevos retos y transformaciones a los que se enfrenta el mundo digital, los medios de comunicación y la industria de la información, y en cómo el ecosistema de la información debe adaptarse para evolucionar y permitir una mejor toma de decisiones.

Presidenta y fundadora de GlobalNews® Group  Global News Group, principal fuente de monitoreo y evaluación de medios en América Latina, con presencia en 10 países de la región. Fundada en 1998, GlobalNews® Group fue reconocida internacionalmente con múltiples premios.

Ha dictado conferencias y seminarios en Europa, USA y América Latina.

Enseñó análisis de contenidos de medios en la Universidad de El Salvador en Argentina y ha contribuido en la publicación de dos libros sobre comunicación.

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1 Comentario

  1. Mercedes Allegue

    Muy interesante tu aporte María Laura y análisis de cómo nos afecta la tecnología y evolucionamos sólo si logramos un pensamiento crítico de nuestras acciones en el mundo virtual.

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