«Habrá que estar atentos para que nuevos mensajes en otras botellas no nos sorprendan indiferentes frente al sufrimiento humano». (De nuestra nota «Siete nombres», del día 9 de marzo, de 2021).
El temor a la violencia irracional frente a la desobediencia, al castigo como única respuesta por no acatar la arbitrariedad de las reglas que las someten al silencio, al exilio interno, a la obligación de tener que tapar su rostro y esconder su alma. De tener que padecer la peor de las humillaciones que puede sufrir un ser humano: la supresión de la voluntad y del deseo, la sujeción irrestricta a la ley divina o al poder supremo. Todo ese arsenal de acechanzas se pone nuevamente en marcha para las mujeres y niñas afganas en la acelerada y cruel dinámica que se ha desencadenado por estas horas en Afganistán.
Después de veinte años en las que vivieron en una relativa libertad, ellas se enfrentan nuevamente al peligro que representa quedar a merced del poder del Talibán. Estudiar, trabajar, transitar libremente, ser dueñas de sus propias elecciones, derechos humanos indiscutibles en cualquier sociedad moderna, podrían abolirse en cualquier momento tal cual sucedió en el pasado, lo cual representaría una regresión a un estado de cosas inaceptable para cualquier espíritu libre e independiente.
Desde el fondo de nuestras conciencias hacemos llegar nuestra oposición y nuestro rechazo al intento de sojuzgar nuevamente a las mujeres y niñas afganas, que sin un fuerte apoyo por parte de la comunidad internacional, se verían nuevamente abandonadas a su suerte en manos de mentes medievales, criminales y retrógradas.
Nuestra obligación es acompañarlas en este proceso, no dejarlas solas, permanecer alertas y plenamente conscientes de que puede sobrevenir un nuevo genocidio en el mundo. Queda en nuestra voluntad y determinación el desafío de hacer oír nuestra voz en contra de este nuevo atropello a la dignidad humana que estaría a punto de reeditarse.
Es por esto que solicitaremos a nuestras amigas artistas plásticas su colaboración con una obra representativa que publicaremos junto a un poema de distintas poetas afganas – una por semana – durante un mes con el hashtag: #Nolasabandonemos.
En esta oportunidad publicamos la obra de la artista plástica portuguesa Fatinha Ramos, junto a un poema de la escritora Nadia Anjuman titulado “Un llanto sordo”, en la voz de Marita Monteleone.
Un llanto sordo, de Nadia Anjuman.
«El sonido de las verdes huellas está en la lluvia
nos llega desde la carretera
almas sedientas y faldas polvorientas llegaron del desierto
su ardiente respiración y el espejismo-fundido
de sus bocas secas y de polvo cubiertas
nos llegan, ahora, desde la carretera
sus atormentados cuerpos, chicas criadas en el dolor
la alegría alejada de sus rostros
corazones viejos y alineados de grietas
no surgen sonrisas en los inhóspitos océanos de sus labios
ni una lágrima brota del seco cauce de sus ojos
¡Oh Dios!
¿Podría ignorar si sus sordos llantos que saltaron del cielo,
alcanzan las nubes?
El sonido de las verdes huellas está en la lluvia».
Quiero participar. Soy artista visual. Solicito comunicarnos por email Gracias
Envíanos el material a unaisladeideas@gmail.com
Muchas gracias!
Cómo participar?
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