«Dos patrias tengo yo, Cuba y la noche».
José Martí.
«Si le interesa mi casa y no me la puede comprar, es porque no se la quiero vender, ni tampoco se la quiero alquilar o arrendar… Entonces usted me encierra en mi casa, y no me deja salir para ir al supermercado, ni a la farmacia, ni al banco, y tampoco deja que me vendan los repuestos del carro o la moto, y aunado a esto me cancelan las cuentas y tarjetas de crédito y ahorro… Al cabo de un tiempo mis familiares se van a desesperar, algunos escaparán por la ventana… y usted desde afuera empezará a vociferar que soy un inepto para conducir las riendas de mi casa y que soy un dictador, que hago sufrir a mi familia… y entonces van a comenzar a decir que el gobierno de mi casa está en CRISIS y que los vecinos tendrán permiso para INTERVENIR y ECHARME con el propósito de atender la CRISIS HUMANITARIA de mi familia.
Eso sí… Usted nunca dirá que lo que le interesa es quedarse con mi casa. Y que por eso fue por lo que usted me puso a mí en esta situación tan CRÍTICA ante mi familia»
Roger Waters sobre Cuba
#No Al Bloqueo
Es curioso observar los «argumentos» con los que Roger Waters pretende fundamentar la profunda crisis que enfrenta actualmente la isla caribeña y su posible solución. Evidentemente, la revolución cubana nace en el año 1959 con una idea independentista legítima, basada en su histórica condición colonial con el claro apoyo y beneplácito de la entonces Unión Soviética.
La generación que participó y apoyó la revolución contra el régimen opresor del dictador Fulgencio Batista vivió el final de ese ideal utópico, sobre todo, a partir del llamado Período Especial (año 1990), ese momento en que el socialismo desaparece en Europa del Este y se desintegra la Unión Soviética. Entonces el país se quedó sin aliados políticos, sin alimentos y sin petróleo. La realidad de la isla entró en un túnel oscuro cuya salida no se alcanzaba a vislumbrar.
A partir de entonces, se precipita el drama de esos jóvenes que asisten al colapso y desmoronamiento del mundo bipolar existente en ese momento, en donde cada uno intentó sobrevivir como pudo quedándose en la isla o buscando empezar una «nueva vida» en otro lugar del planeta. No es casual que el tema del exilio, tan complejo y visceral, sea un tópico recurrente en la historia reciente del pueblo cubano.
El país entró en una crisis económica muy profunda y la sociedad cubana se vio obligada a implementar una serie de transformaciones. Se permitieron los pequeños negocios particulares, se legalizó el uso del dólar. Posteriormente, en los últimos diez o doce años, se sucedieron otros cambios muy importantes, el fundamental fue el aumento del acceso a Internet por parte de los cubanos. Así, al disponer de otras vías para conseguir informarse, el gobierno perdió el monopolio del manejo informativo y, de esa manera, vio reducido su poder de acción e influencia en el control social. Y el otro, fue la posibilidad de viajar libremente. Excepto sectores muy específicos, la mayoría de los cubanos puede viajar con libertad si tiene una visa. La generación que creció luego del llamado Período Especial, ya con la familiaridad de la tecnología y vislumbrando otras posibilidades de vida, tiene una relación completamente distinta con el país y con su realidad.
Desde esa década de 1990, la mayoría de los cubanos que tienen un ingreso del Estado, que aún hoy es el mayor empleador del país, no han podido vivir de su salario. Y eso lo ha reconocido hasta el propio gobierno. Esa situación ha obligado a la gente a practicar muchas estrategias de supervivencia. Por ejemplo: complementar sus magros ingresos con las remesas que les envían de Estados Unidos sus familiares «apátridas«. Esa precariedad existencial se profundizó últimamente con la aparición de la pandemia que atacó de muerte a la principal actividad económica del país: el turismo. Sin esa fuente de ingreso de moneda fuerte, el ahogo financiero al que se enfrenta el futuro del país resulta inevitable. El agotamiento del sistema político y del modelo económico es evidente y comienza a imaginarse una apertura hacia otros modelos más cercanos al liberalismo como una necesidad vital en una sociedad exhausta.
El clima de descontento social se va generalizando y las protestas y los reclamos exigiendo cambios más drásticos se multiplican a lo largo del país. Estas nuevas generaciones de jóvenes aspiran a vivir en democracia y ya no aceptan las limitaciones a la libertad, propias de un régimen totalitario y represivo, que ocupa ininterrumpidamente la centralidad política desde hace más de sesenta años. La sucesión de los hermanos Castro y su permanencia indefinida en el poder conspiró en contra del ideario socialista del llamado «hombre nuevo», beneficiando a determinadas castas políticas «bendecidas» por el régimen en detrimento de la mayoría del pueblo cubano, que observa desesperanzado cómo sus condiciones de vida se fueron deteriorando inexorablemente con el paso del tiempo.
El origen de las actuales protestas se dio cuando más de trescientos jóvenes protagonizaron una manifestación frente al Ministerio de Cultura en La Habana, el pasado 27 de noviembre, como reacción al desalojo de miembros del Movimiento San Isidro (MSI) que estaban realizando una huelga de hambre en protesta por la detención del rapero Denis Solís. Con el tema «Patria y Vida» se opone y rechaza la sentencia de «Patria o Muerte», el lema utilizado por el gobierno desde los inicios de la revolución. «Ya no gritemos Patria o Muerte sino Patria y Vida«, dice en una parte de la letra.
Esa manifestación, en la que se exigía libertad de expresión y de creación, contó con el apoyo de figuras afines al régimen como el músico Silvio Rodríguez. El actor Jorge Perugorría y cineastas como Fernando Pérez y Ernesto Daranas también expresaron su respaldo a la necesidad de dialogar con el gobierno. El Movimiento San Isidro, que está integrado por artistas, intelectuales y periodistas alternativos, nació en el año 2018 para cuestionar el decreto 349, que regula la actividad cultural en Cuba. Entre sus integrantes están el escritor y periodista Carlos Manuel Álvarez, el artista Luis Manuel Otero Alcántara y Maykel Castillo.
En conclusión: plantear que la actual crisis cubana es sólo el resultado del bloqueo de los EEUU y minimizar la complejidad de la coyuntura, supone no sólo una negación de la realidad sino una falta de voluntad deliberada por admitir la necesidad de abrir un canal de diálogo y aceptar la responsabilidades políticas de cincuenta años en el ejercicio de gobierno en respuesta al justo reclamo popular, ambas condiciones imprescindibles para evitar que la situación se agrave y se vuelva incontrolable.
Patria y Vida
Canción de Descemer Bueno, Gente De Zona y Yotuel Romero
Y eres tú mi canto de sirena
Porque con tu voz se van mis penas
Y este sentimiento ya está añejo
Tú me dueles tanto aunque estés lejos
Hoy yo te invito a caminar por mis solares
Pa’ demostrarte de qué sirven tus ideales
Somos humanos aunque no pensemos iguales
No nos tratemos ni dañemos como animales
Esta es mi forma de decírtelo
Llora mi pueblo y siento yo su voz
Tu cinco nueve yo, doble dos
Sesenta años trancado el dominó
Bombo y platillo a los quinientos de la Habana
Mientras en casa en las cazuelas ya no tienen jama
¿Qué celebramos si la gente anda deprisa?
Cambiando al Che Guevara y a Martí por la divisa
Todo ha cambiado ya no es lo mismo
Entre tú y yo hay un abismo
Publicidad de un paraíso en Varadero
Mientras las madres lloran por sus hijos que se fueron
tu cinco nueve, yo, doble dos
(Ya se acabó) sesenta años trancado el dominó, mira
(Se acabó) tu cinco nueve, yo, doble dos
(Ya se acabó) sesenta años trancando el dominó
Somos artistas, somos sensibilidad
La historia verdadera, no la mal contada
Somos la dignidad de un pueblo entero pisoteada
A punta de pistola y de palabras que aún son nada
No más mentiras
Mi pueblo pide libertad, no más doctrinas
Ya no gritemos patria o muerte sino patria y vida
Y empezar a construir lo que soñamos
Lo que destruyeron con sus manos
Que no siga corriendo la sangre
Por querer pensar diferente
¿Quién les dijo que Cuba es de ustedes?
Si mi Cuba es de toda mi gente
ya se venció tu tiempo, se rompió el silencio
(Ya se acabó) ya se acabó la risa y el llanto ya está corriendo
(Se acabó) y no tenemos miedo, se acabó el engaño
(Ya se acabó) son sesenta y dos haciendo daño
Allí vivimos con la incertidumbre del pasado, plantado
Quince amigos puestos, listos pa’ morirnos
Izamos la bandera todavía la represión del régimen al día
Anamel y Ramón firme con su poesía
Omara Ruiz Urquiola dándonos aliento, de vida
Rompieron nuestra puerta, violaron nuestro templo
Y el mundo ‘tá consciente
De que el movimiento San Isidro continua, puesto
Seguimos en las mismas, la seguridad metiendo prisma
Esas cosas a mí como me indignan, se acabó el enigma
Ya sa’ tu revolución maligna, soy Funky style, aquí tienes mi firma
Ya ustedes están sobrando, ya no le queda nada, ya se van bajando
El pueblo se cansó de estar aguantando
Un nuevo amanecer estamos esperando
Se acabó, tu cinco nueve, yo, doble dos
Ya se acabó, sesenta años trancado el dominó, mira
Se acabó, tu cinco nueve, yo, doble dos
Ya se acabó, sesenta años trancando el dominó
Patria y vida
Patria y vida
Patria y vida
Sesenta años trancado el dominó
Compositores: Beatriz Luengo Gonzalez / Descemer Bueno / Alexander Delgado Hernández / Miguel Gonzalez Cardeneas / Randy Malcom / Manzanares Yotuel Omar Romero / Maikel Castillo Perez / Eliexer Duany.
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