La mujer rota

De Susana Oviedo

06 de Ago de 2021

Cuando pienso en un relato imagino un texto habitado, un volumen de páginas que está vivo, los personajes respiran, sienten más allá de las líneas. Es el ser que nace de repente, cuando el autor insiste en bombear su corazón. Esto es especialmente cierto en el relato “La mujer rota” de la escritora francesa Simone de Beauvoir.

Es probable que hayamos leído a Simone de Beauvoir y su ensayo “El segundo sexo” (1949), el texto cumbre de la escritora y filósofa francesa considerado el punto de partida de los movimientos feministas, y donde se plantea el nacimiento de la mujer como sujeto. Sin embargo, mi favorito es su libro “La mujer rota” que nos invita a reflexionar y a emocionarnos.

Comencé a leerlo con curiosidad y gran expectativa que, a poco de andar, dieron paso a sensaciones que traspasaban la lectura. Podía empatizar con su protagonista y sentir junto a ella la indolencia, la insatisfacción y la tristeza insondable. Con esta trilogía de relatos, de Beauvoir nos deja inmersos en profundas reflexiones a través de la ficción, centrándose en el vacío vital. Sentimientos de muchas otras mujeres en tantos lugares y en todos los tiempos. De las tres historias, me llegó al corazón la que da nombre al libro, “La mujer rota”.

Simone de Beauvoir publicó su cuento “La mujer rota”, en 1967. Está escrito en primera persona, como la mayoría de la literatura existencialista. La historia se basa en los escritos del diario de vida de Monique, una mujer de edad media cuyo esposo es un médico amante de su trabajo y cuyas dos hijas, ya adultas, no viven en el hogar con ellos.

Al inicio de la historia, Monique planea tener un tiempo para sí misma ya que su esposo no está en su casa por su asistencia a una conferencia. Sin embargo, tan pronto sabe que una de sus hijas está con gripe, suspende sus vacaciones para estar con ella. Este es el primer indicio de que después de haber pasado años dedicada a otros, será muy difícil para ella disfrutar de su “libertad”.
Al retornar a casa, Monique siente su hogar vacío y, en vez de disfrutar de un momento consigo misma, percibe una gran soledad. Días más tarde, descubre que su esposo Maurice tiene un “affaire” con Noellie, una mujer que trabaja con él. Monique queda devastada.

Durante los meses siguientes, la situación empeora. Su esposo le dice que pasará más tiempo con Noellie. Monique no sabe qué hacer, pasa por todos los sentimientos, rabia, amargura, auto-recriminación hasta la desesperación. Su dolor la consume: “Toda mi vida pasada ha colapsado, es como lo que sucede en los terremotos donde el suelo se destruye”. La irritación de Maurice hacia su esposa se acrecienta. Todo lo que una vez admiró en ella pasa inadvertido. Ahora solo ve su “patética” dependencia de los demás. Monique está al borde de la depresión y Maurice insiste en que vea a un psiquiatra que le sugiere escribir un diario de vida.

Maurice se retira por completo y en una de las escenas encontramos a Monique retornando a su hogar después de una cena con su hija. El lugar está oscuro y vacío. Se da cuenta de la puerta cerrada del estudio de Maurice, como de la habitación que habían compartido durante muchos años de su vida. Detrás de las puertas, piensa en un futuro en soledad del cual está muy temerosa.

Simone de Beauvoir nos pide sentir cada emoción e inseguridad que enfrenta la protagonista y evidencia su vulnerabilidad más allá de los “slogans” o “clichés” que se atribuyen al feminismo. Este relato ofrece una representación muy potente de un ser humano que lucha con su realidad, que tiene un profundo dolor y que ha perdido su sentido de identidad y pertenencia. Pero lo más importante es la captura de la soledad a la que se enfrenta Monique cuando ya no tiene a su familia como la razón de su vida. Está a la deriva sin saber qué hacer.

Podría decirse que la reflexión de Simone de Beauvoir hace más de cincuenta años sigue vigente hasta nuestros días. Los logros de las mujeres son cada vez mayores, en lo que se refiere a sus derechos, así como a su realización personal. Pero en muchas sociedades, la mujer sigue construyendo su vida en función de otros, de su familia y, cuando ésta se desintegra, su existencia como mujer pierde significado.

No solo se trata de acceder a las mismas oportunidades que los hombres en el mundo cotidiano y contar con las redes de apoyo necesarias, también del derecho a cultivar nuestro espíritu, a amar, al silencio, a la soledad, al ocio y a estar en armonía. Parece de gran obviedad, pero no lo es tanto. En muchas sociedades la pobreza y la falta de oportunidades hace que las mujeres estén solas. No hay tiempo ni lugar para ocuparse de la construcción personal, ni menos de cultivar la riqueza interior.

Las mujeres como personajes en la literatura no son sólo esquemas, arquetipos ni paradigmas con los que ilustrar un planteamiento. Son seres humanos que andan por la calle, que cuidan de sus hijos, que se visten frente a un espejo o que hacen el amor. Son personas que conversan con sus parejas, que se ríen con sus amantes o que se marchan para encontrar la felicidad. “Son criaturas únicas y concretas», tal como planteó Isaac B. Singer (Premio Nobel de Literatura,1978). Precisamente por serlo en cada caso, representan una condición universal. Las mujeres son un tema literario en sí mismas. Un género aparte.

Categorías: Literatura
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28 Comentarios

  1. Eva Holz Fischer

    Excelente artículo, claro, preciso, profundo, muy «al callo»

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    • Cecilia Salinas Calderón

      Me motivaste a buscar el libro y leerlo.

      ¡Felicidades!

      Yo también escribo vivencias y me ayudan mucho a entender el mundo y mi mundo interior.

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      • Amelia

        En mundilibros lo encuentras!!

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      • unaisladeideas

        Muchas gracias! Maravilloso!

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        • María Cristina Barrios

          Gracias por el estímulo de la
          lectura …buscaré el libro , me
          parece una muy excelente reflexión. Ya he leído El segundo sexo.

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    • Claudio

      Creo que el existencialismo no tiene género y que nos atraviesa en algun momento a todos hombres y mujeres.

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      • unaisladeideas

        Muchas gracias por tu comentario. Coincidimos contigo.

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    • Flávia Álvares

      Así somos las mujeres. Todavía me pregunto quièm soy , ahora que no soy esposa ni madre. El amor a los libros me deja una silueta, un indicio de mi potencial. Estaremos rotas, pero, muchas tenemos como restaurarnos. Manos a la obra, manos a nosotras, como tema literário e infinito. Como género que se descubre incansablemente

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      • unaisladeideas

        Hermosa reflexión sobre un libro que nos propone y nos estimula el pensamiento.

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    • Angel

      El miedo a la soledad..ancestral..todo lo perdona..conforme por dentro todo es destrucción…incluso el asilo de los hijos en contra de la libertad materna..amparo en la libertad..

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      • unaisladeideas

        Interesante tu mirada. Muchas gracias!

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    • Ema Agurto

      Bueno el comentario y reseña.
      Me motivó y lo leeré.
      Gracias!

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    • Norma

      Lei excelente artículo, no conocía el libro así que lo comprare.

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  2. Joanna Medina

    Excelente columna que refleja el universo femenino con sutileza y sensibilidad. Felicitaciones

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    • unaisladeideas

      Muchas gracias por tu comentario!. Esta lectura nos deja en manos de nuestros sentimientos, donde reside nuestra humanidad.

      Responder
      • Norma

        Lei excelente artículo, no conocía el libro así que lo comprare.

        Responder
    • Cecilia

      Manos a la obra!

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  3. Antígona Kalo

    Incomparable Simone de Beauvoir. Sus autobiografías son muy interesantes de leer para conocerla mejor

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    • Cecilia

      Creo que un gran numero de mujeres se sentiran reflejadas en este libro. Buscaré el libro. Muchas gracias.

      Responder
      • unaisladeideas

        Muchas gracias! Nos alegra que la nota haya estimulado tu deseo de leerlo.

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    • unaisladeideas

      Que bueno que te interesa Simone de Beauvoir. Gracias por comentar.

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  4. Aldo Morales

    Es importante que la mujer piense por sí misma y para si sin caer en egoísmos, debe estudiar un oficio, profesión etc, para autovalerse en lo material, trabajar y realizarse al margen de mama o como mamá, no depender, que no la prive de amar, darle un sentido a su vida más allá de los hijos y de la pareja; esto depende solo de ella y no debe responsabilizar al hombre.

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    • unaisladeideas

      Gracias por tu comentario.

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      • Sylvie

        Independencia, libertad, amor y gratitud a nuestra existencia son las claves para nuestros sentidos

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  5. Ana Crespo

    Tengo ganas de leer el libro. Pienso que el avance queer, el feminismo q reinvindica una identidad de género no binaria y el lenguaje inclusivo no hace x las mujeres más que invisibilizarnos. Vaya como ejemplo el concepto como el de «personas gestantes…» Voy a negarme al uso de ese burka simbólico que elimina la palabra mujer de las conversaciones. La mujer rota recupera una temática que nos es cercana y nos reclama mujeres con una mirada y posicionamiento que nos implica como activas y críticas protagonistas.

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    • unaisladeideas

      Bienvenido entonces el rescate de un libro cuya temática sigue vigente y de una autora que reivindica el rol crítico de la mujer.

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  6. Belinda Alvarado

    Buen día a todos.., no sé pq llegué a este momento, pero leí todo y cada comentario. Y me parece muy interesante el libro, no sé si lo buscaré. Puesto que soy una mujer que justamente hace mucho para facilitarle la vida a la familia. Me veo reflejada en parte con Simone. Pero, desperté, sé y soy conciente de lo que hago, medito y reconozco lo que llevo arraigado de familia, estereotipos y me estoy empezando a amar. De ahí parte el cambio. En gral. estoy agradecida por lo malo pq así aprendí a reconocer lo bueno que tengo. Un abrazo

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  7. Alejandra Bravo

    Sugerencias más que sanadoras, interesante amarse en la soledad, abrazarla, disfrutarla,tener la capacidad de reinventarse, nunca es tarde para comenzar o para autoconocerse.

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