¿Qué es la melancolía? ¿Un sentimiento perpetuo o un estado nebuloso momentáneo que nos paraliza? Quisiera mostrar cómo se revela la melancolía en la contemplación de la naturaleza en la poesía de Giacomo Leopardi (Poeta del romanticismo italiano 1798-1837).
Al leer la poesía de Leopardi, nos damos cuenta del cuestionamiento sobre la condición humana, en parte por la vida que le tocó enfrentar desde pequeño, encerrado y enfermo con desgracias físicas que le impedían hacer una vida normal y esencialmente en el plano amoroso, donde vio toda su vida al amor como algo inalcanzable. Es así como la melancolía se apoderó de su semblante, tal como decía Kierkegaard, “la melancolía es mi amante más fiel, no me extraña que la quiera tanto”. (Kierkegaard 38).
Sumido en esta desesperanza Leopardi busca encontrar la verdad a través de su poesía, especialmente pensando en la sociedad que lo rodeaba en ese momento, donde todo se mostraba ilusorio y vil.
En el poema “A la luna” se expresa esta tribulación que el poeta sentía y que al aislarse en la naturaleza encontraba cierto alivio ante tanta aflicción del alma:
Oh graciosa luna, yo recuerdo
que hace ahora un año, sobre este collado,
lleno de angustia venía a contemplarte.
Y tú te alzas sobre el bosque aquel
como ahora, que todo lo iluminas. (123).
La conjunción de la naturaleza con el alma y su contemplación le entrega al poeta un fulgor dentro de la oscuridad que lo rodea. Aun así, la infinita tristeza lo acompañó hasta el fin de sus días, añorando los días de la inocencia cuando se observa el tiempo con otros ojos.
En su poesía, Leopardi buscaba rememorar un pasado que se mostraba menos brumoso que lo que le mostraba lo coetáneo. La naturaleza se convertía en su única compañía real a la que le atribuía un sentimiento de escape, un objeto al cual aferrarse ante la vacuidad imperante, tal como lo representa un pasaje de Friedrich Schiller:
El poeta sentimental reflexiona sobre
la impresión que los objetos tienen sobre
el […] Siempre se observa situado entre dos
representaciones y sentimientos discordantes,
encarando la realidad en tanto que límite y su
propia idea en tanto que es infinita, y la emoción
combinada que suscita siempre es prueba de ese
doble origen. (Starobinski 139).
La idea de escape que añoraba Leopardi me conecta completamente con él, esa añoranza de expandirse en el infinito y recorrer la vida como la energía impalpable. Siendo para él la contemplación de lo sempiterno, lo único positivo de su existencia.
Desde el lado angustiante recuerdo lo que decía Emil Cioran: “la expresión de nuestros semejantes no tiene ningún sentido”. (Cioran 1). Es una sensación de exilio irremediable, que carece de causas inmediatas. Es por esto que el poeta no se aferraba a nada, mas esperaba trascender a través de sus palabras.
Si bien él […] participaba en actividades con intelectuales de la época, su estado melancólico se ve sobrepasado ante todo contacto social, lo hastía compartir el espacio con otras personas, por su extrema sensibilidad y los defectos físicos que lo marcaron de por vida y que no le permitían desenvolverse como al resto de las personas.
Leopardi también hizo una crítica aguda a la sociedad por su egoísmo y maldad, siendo un erudito y sabiendo manejar un lenguaje sombrío, pero también irónico para demonizar a la humanidad, la cual le era esquiva y burlesca.
Es interesante notar cómo en muchos de sus poemas Leopardi retrata su propia existencia trágica, comparándola con los estados de la naturaleza, como en el poema “La resurrección” (Leopardi 163), cuando compara la penosa situación de su vida con la tierra marchita cubierta de hielo.
En el poema se repite además la añoranza de la inocencia de la primera edad, un atisbo de esperanza que la edad temprana le traía ante lo ingrato de la existencia.
En las líneas “¡faltaron los latidos, escaseo el amor y endurecido el pecho dejo de suspirar!” (Leopardi 163), el poeta nos expresa todo el desamor que vivió, relacionado con sus defectos físicos y la constante desazón que lo mantenía distante de las mujeres y del amor, sentimiento que le fue esquivo e inalcanzable.
Leopardi haciéndose consciente de su insignificancia como ser humano contemplando la naturaleza, logra mostrarnos lo infinito a través de las imágenes que se proyectan en sus poemas, por ejemplo en la estrofa:
La golondrina atenta
En torno a mis ventanas,
Cantando al nuevo día
No afectó al corazón:
La golondrina representa un atisbo de esperanza, pero no logra tocar el corazón del poeta, un corazón cansado de no recibir respuestas ante la vasta melancolía que lo consume, vagando por tierras baldías, donde todo parece diluirse entre la nada.
Este naufragio del alma que retrata al individuo y a la sociedad imperante se refleja en su poesía, donde describe cómo el sentido rige a la existencia del hombre.
En la actualidad los seres humanos se esconden detrás de un computador o celular usando máscaras que les permitan encajar en la sociedad, redes sociales banales donde se manifiesta la contemplación del ego. Me pregunto ¿cómo se habría sentido Leopardi en la actualidad? Más solo que nunca.
Soy Pamela Parra, profesora de Inglés de profesión, pero he estado estudiando estos últimos años un diplomado en literatura inglesa y otro de literatura italiana en la Universidad Católica de Valparaíso, que es mi pasión. Además de los cursos que he tomado con el poeta Armando Roa, a quien considero mi mentor. Espero poder seguir estudiando más a fondo a este poeta y a otros para poder compartir lo que he aprendido.
Giacomo Leopardi en tiempos de redes sociales estaría buscando alternativas frente a una sociedad llena de apariencias y a la vez de mucha maldad. No será ni el primero ni el último en arrancar hacía a la naturaleza para encontrar un refugio del cuál muchos se sentirán identificados.
Muy buen artículo.
La melancolia, esa eterna compañera que abraza nuestras almas pintandolas con emociones, resaltando sus colores abrumadores y trazos de desesperanza en esta existencia futil e interminable…
Muy buen articulo, perfecta redacción, sin duda Leopardi en estos tiempos ya se hubiese convertido en un eremita radical.
Saludos
Muy bueno tu comentario
Así es la naturaleza es el mejor escape al tedio social y a reconectrnos con nosotros mismos en esta contemplación. Gracias por comentar.
Muy buen artículo, de seguro en estos tiempos Leopardi escaparía de las rede sociales.