Cuando los peces se abrazan

De Carolina Prado Marraccini

20 de Jul de 2023

Las camelias del jardín me sorprendieron florecidas una mañana de mayo. Sus gruesas hojas verdes se vistieron de un intenso color fucsia. La belleza es un hallazgo. Así mismo, apareció la poesía y encendió la noche. Experimenté como un zumbido ante el cual afiné mi oído. La palabra es un pharmacon, dice el poeta Gonzalo Millán. El exceso envenena. Pero, en su justa dosis, la palabra tiene el poder de sanar. 

Comencé a escribir durante la práctica del Sistema de Movimiento Consciente que desarrolló la pianista chilena Fedora Aberastury, discípula del maestro Claudio Arrau. Se trataba de un taller de canto basado en esta técnica que promueve, a través del desbloqueo del cuerpo, una expresión plena y auténtica.

El trabajo corporal me removió hasta los huesos. Lo esencial es disolver tensiones para que la propia voz y el canto fluyan sin esfuerzo. Durante el proceso comenzaron a emerger desde adentro una serie de recuerdos, vivencias, a veces muy dolorosas que, por lo mismo, han sido relegadas al fondo de la psique. De a poco, se va produciendo una apertura y la energía que sostenía las tensiones queda nuevamente disponible para la vida. Sentí como si una marea de coloridos peces saliera a la superficie, mientras yo los contemplaba desde alguna orilla del ser. 

A partir de esa experiencia comencé a escribir mis primeros poemas e incorporé el canto terapéutico a las sesiones de Reiki. La vibración de la voz armoniza el cuerpo y la mente. Desde esta perspectiva, la enfermedad es una desarmonía, sanar implica devolverle al cuerpo su armonía. En este sentido, es clave prestar atención a las palabras que utilizamos porque crean una realidad vibracional que nos nutre, o bien, nos desgasta.

Para mí escribir poesía es  un modo de cantar. He descubierto que la escritura implica abrirse a una confluencia de voces donde estamos todos unidos como los peces en el fondo marino. Considero vital, para la evolución personal y colectiva, darnos cuenta de que somos parte de este gran tejido invisible que sostiene la vida y la memoria.

Cuando los peces se abrazan, publicado por Mago editores a fines del año 2022, fue editado por el poeta Diego Alfaro, al que contacté por mi admiración hacia la poeta Cecilia Casanova, quien fue su maestra. El libro contiene poemas breves, donde está muy presente la naturaleza y su potencial curativo.

Björk

En un extracto de la reseña que Diego hace del libro señala:

“Carolina crea una poesía que se parece a las composiciones de Erik Satie, Arvo Pärt o Björk, música de corta duración y con pocos elementos, pero sumamente intensa, en donde su voz transita de la noche al amanecer, el dolor, la memoria y la felicidad, el sueño y la vigilia”.

 

Tormentas nocturnas

El viento sacude la casa.

La casa cruje sus huesos.

Rostros de antiguos nombres regresan.

Murmuran interrogantes la noche entera.

 

Ella descubre respuestas entre las hojas.

 

Comprende que al final del día 

el esqueleto soporta el peso

de nuestros paseos inconclusos.

 

Afluente

La clave del amor

está en no oponer resistencia 

dejarse abatir por las olas 

naufragar

capturar el perfume oculto 

en la órbita del sueño.

 

El dolor es sólo un afluente

al que se llega.

 

Rayo de invierno

La tormenta mece las palabras

y lo que digo puede herir

dolerte hasta el hueso, corazón de pájaro. 

Hay piedras que no se borran de las alas 

serán parte del viento entre tus ruinas.

 

Carolina Prado Marraccini (Santiago, Chile, 1974). Psicóloga. Sus primeros poemas surgen a partir de la especialización en el Sistema Consciente de Fedora Aberastury en Barcelona. Cuando los peces se abrazan es su primer poemario. Ha realizado talleres grupales de consciencia corporal y cantoterapia para niños y adultos. Actualmente, se dedica a la psicoterapia, la cual complementa con técnicas energéticas de reiki y canto terapéutico. Además, se encuentra escribiendo su próximo libro de poesía.

 

Categorías: Literatura
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2 Comentarios

  1. Rover

    Qué hermosa analogía de los peces con el inconsciente colectivo,estamos tod@s en este inmenso océano de energía luminosa.
    Gracias Carolina por tú maravilloso despliegue creativo y curativo a través de las palabras con amor consciente.

    Responder
  2. Cintya

    Maravilloso!!!
    Así creo, la tormenta mece las palabras,captura el perfume oculto de antiguos nombres que regresan.

    Responder

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