Entrar a la “Anti Galería” y hogar de la artista plástica Eva Holz es una experiencia inolvidable. Nos reunimos hace unos días atrás, una tarde de invierno en Santiago de Chile. Eva nos recibió con una sonrisa, una alegría contagiosa y que adelanta lo que vendrá. Ingresamos a un mundo de colores, acuarelas, técnicas mixtas, esculturas, «collages» y una creatividad desbordante. Eva es tan intensa como su arte, nuestra conversación fluye y nos hace olvidar el tiempo. Les compartimos la entrevista a una gran artista que nos mira a los ojos con decisión y libertad, tal como se proyecta en sus maravillosas obras.

¿Cómo se gestó tu acercamiento a la pintura?

¡Trataré de explicarlo! Dibujar y colorear lo hacíamos todos en el colegio, decían que era de las mejores, el orientador profesional decía que el arte y la arquitectura debían de ser mis elecciones. Yo amaba las plantas, quería estudiar agronomía. Perdí la primera opción y entré a la Escuela de artes Aplicadas de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Chile, una escuela híbrida entre arquitectura y bellas artes, llamada posteriormente Escuela de Diseño de la U.

Todo el estudio fue muy apasionante, ya era ayudante en segundo año, era de las más celebradas y atrevidas de mi promoción, me inclinaba más por los volúmenes (escultura, cerámica, joyería) pero me fui dando cuenta que había voces dentro mío que necesitaban expresarse de alguna manera, que el volumen y todas las otras manifestaciones artísticas que dominaba no me lo permitían.

Fui tomando talleres luego de terminar mis estudios universitarios, porque de pintura propiamente tal casi no nos habían enseñado. El resto lo he ido haciendo sola. Quince años después, estudié diseño y construcción de áreas verdes. Esta carrera financió mis posibilidades de seguir pintando.

¿Cómo es el proceso de construcción de una obra, desde dónde la creas?

Difícil poner en palabras procesos que son bastante inconscientes. ¡Trataré!. A veces se parte de una idea de perfeccionar un cuadro anterior, de algún color o forma, por lograda o no lograda. Otras veces, hay un deseo de explorar, de irse a la aventura. A veces parto con una mancha, sin idea fija o intención, es como una droga, persigo un efecto, una sensación, entro como en una ensoñación, en una especie de trance donde me olvido de mí, me borro, me dejo llevar por la experiencia. Es un juego del que entro y salgo, y me permito ser y experimentar, pero en el que también, me detengo, corrijo y edito.

¿Lo que plasmas en tus creaciones tiene que ver con sucesos en tu vida?

Todo tiene que ver con mi vida y con la vida en sí. Pareciera que, a mayor color en mi obra, que la gente lee como mayor alegría, es cuando ha habido más dolor y recogimiento. Así nacen los “collages” de la pandemia creados en la soledad de mi taller, soledad de la familia y amigos, y donde el color pasa a ser un bálsamo sanador que me permite continuar como puedo. Los paisajes inventados que pinto, también son mi forma de conectarme con el silencio, la luz y la inmensidad y transportarme a otros universos imaginarios.

Eva Holz IG: @evaholzarte

¿Cómo definirías tu estilo al pintar, cuáles son tus influencias en tu concepción estética?

Tengo tantos estilos como temáticas, soportes y técnicas que en el momento vayan apareciendo, independientes de mis intenciones y como además me voy permitiendo tener. Siempre he ido peleando en contra de concepciones y estructuras inventadas para encuadrar lo que hago dentro de algún etiquetado. Todo es un juego de influencias y experimentación y una oportunidad para mí, para jugar, crear, experimentar y tratar de hacer una obra de la mejor manera posible. No hay una manifestación artística que nazca de la nada, toda pintura nace y es influida por otras. El punto es crear esa propia voz que comunique y emocione y evitar ser enmudecida por modas, el mercado o etiquetados.

¿Qué significa la pintura y el arte para ti?

Voy a hablar del arte visual más allá de la pintura, me interesa tanto que no puedo parar, además gozo de la música y la literatura, que forman un todo, se traspasan y traslapan entre sí. La música me permite entrar dentro de la melodía y ser parte de ella mientras pinto, y elegir el estado anímico por el medio del cual quiero viajar. La literatura me remueve y me encanta, me abre a la reflexión.

¿Cuál fue tu motivación de convertir tu casa en la “Anti Galería”?

Como lo he ido contando, he participado en innumerables exposiciones muy grandes, ochenta y cinco o más. La tercera parte de ellas fueron muestras individuales, tanto en Chile como en el extranjero, una gran parte en universidades y pocas en galerías importantes. He sido muy cubierta por la prensa. Esto ha sido paralelo a mi trabajo como paisajista. Todos estos eventos me los busqué y me los gasté yo.

Pero los años no pasan en vano y las modas y las personas van cambiando, y las galerías fueron cerrando las puertas a una artista-gestora-consagrada-vieja-judía-separada y gorda. No hay que olvidar que a una galería o a un mercader de arte le interesa vender y necesitan artistas -ojalá de apellido vinoso- que tengan grandes redes de invitados para hacerse de ellos y que necesiten figurar y aparentar. O me ponía a llorar o me reinventaba, y eso fue lo que hice, aprovechando que mis dos hijos varones ya se habían casado. Quedé harta de los «shows» que implican esas exposiciones y del maltrato y humillación que provocan a los artistas. Las redes sociales han permitido liberarse de esa mafia.

Sabemos que tienes muchos intereses aparte de la pintura. ¿Tienes proyectos para el próximo año?

No tengo grandes proyectos, así como una mega exposición, tal vez alguna en mi “Anti Galería”. Cuando todo se normalice. Pero quiero destacar que cada cuadro es un proyecto, cada cambio que hago en el parque del Estadio Israelita es un proyecto, cada entrevista lo es. Estoy permanentemente en proyecto. Todo me entusiasma. Al empezar a estudiar pintura tal como lo conté me vi inmersa en diferentes academias, como una manera de aprender el oficio, así aprendí acuarela y pastel, el oficio me sirvió, pero tardé mucho en encontrar quién era yo en el arte. Igual a veces me pierdo y luego me voy reencontrando.

Eva Holz IG: @evaholzarte

¿Crees que el arte se puede asimilar a lo lúdico?

Absolutamente.

¿Cuál es la función que crees que tiene el arte en la sociedad moderna?

Creo que es cada vez más importante y lo vimos en la pandemia, sin arte no se puede vivir.

¿Crees que puede ser una herramienta para generar cambios?

Voy a referirme al arte visual, «performance», «ready made» y otras rarezas. Esta pregunta tiene respuestas muy complicadas. Las universidades en el mundo y los museos están infiltradas con teóricos del arte que inoculan a sus alumnos su resentimiento contra la sociedad para crear una deconstrucción del establishment, queriendo vaciar los museos de las obras antiguas. Los alumnos de esas escuelas al egresar, que no tienen oficio, pero sí discursos, tienen un rol, pero este se convierte en un arte panfletario, además exigiendo al establishment que los mantenga. Son pocos los que podrán sobrevivir. Yo saqué pantallazos del arte que se produjo en el estallido social en Chile, no lo podía creer.

Eva holz IG:evaholzarte

¿Qué cambios percibes en el futuro respecto al arte?

Tengo esperanzas. Creo que el remezón que la pandemia ha provocado en nuestras vidas, más las amenazas de posibles tragedias, donde sabemos que todo es posible, hará que el ser humano consciente de su fragilidad elija aquel arte que lo conmueva y que lo transforme; y que le permita adquirirlo, y gozarlo, y que no se deje tentar por la retórica y la narrativa. ¡De Grecia quedó sólo el arte!

Eva Holz, en su «Anti Galería»

Soy Eva Holz, artista visual. Mi misión como artista es y será siempre estremecer el espíritu del espectador con el esplendor de formas y colores, intentando comunicar lo que está ocurriendo, transmitiendo a través de los colores esta desazón que observo en las personas de todas partes del mundo.

A medida que pasan los años, lo exterior desaparece y reaparece al verme sumergida en tierras desgarradas por las guerras y la incomprensión, por las apariencias, los deseos de poder y poseer. Así, lo trágico de la vida se mezcla con la alegría de vivir, relevando los hechos y también lo inalcanzable: una justa y amable verdad.

La energía de pintar surge de mi temperamento y de mi insaciable impaciencia, de la necesidad de crear y de vivir en constante acción. Cuando pinto, me gusta coger al vuelo una línea, un color, una materia, disponer de las composiciones, de sus estructuras, de los volúmenes y especialmente, me gusta utilizar todas las facetas de todos los colores.

En mis trazos es posible observar la presencia de un mundo en marcha, una especie de pensamiento provocativo respecto a lo plácido y a lo bien establecido.

Toda creación es un combate. Estoy permanentemente en pugna con la pintura, a través de ésta busco dominar mis miedos, medir mis propios límites. Es en esa instancia, cuando interviene la paciencia y la razón para decidir cuándo dejar a cada una de mis creaciones, su propia vida, su existencia y sus azares. Es cuestión de hundirme en las formas y sufrir organizándolas.