Hace un tiempo escuché por primera vez a Arlo Parks interpretando en francés “La Marcheuse” de “Christine and the Queens”. También su cover de “Creep” de Radiohead. Su voz, su poesía y su pop-soul me cautivaron por completo. Después de unos días ya figuraba en mi playlist. Cada vez que la escucho, me recuerda al soul acompañado solo de una guitarra acústica. Impresiona su calidad musical.
A sus 21 años Arlo Parks es compositora, cantante y poeta. Creció en el suroeste de Londres, con raíces africanas (Nigeria, Chad) y francesa, aprendió a hablar francés antes que inglés. Era una niña tranquila a la que le gustaba escribir cuentos y crear mundos de fantasía. Con el tiempo se obsesionó con la poesía, leyendo a poetas norteamericanos como Allen Gingsberg, viendo a Jim Morrison y las “performances” de Chet Baker en YouTube. Adora la poesía, sus poetas favoritos son Nayyirah Waheed, Hanif Abdurraqib y Iain S. Thomas. Todos ellos han influido al componer sus canciones. Arlo también disfruta la ficción, entre sus novelas favoritas están “The Bell Jar” (La campana de cristal) de Sylvia Plath y “Norwegian Wood” (Tokio Blues) de Haruki Murakami. “La forma en que Murakami escribe en ese libro es a lo que yo aspiro al escribir mis canciones; real, sensible y humano”, nos dice Arlo.
“Water”, de Fela Kuti y “Sittin On The Dock Of The Bay”, de Otis Redding formaron parte de la banda de sonido de su infancia. A los 13 años descubrió a King Krule; un artista que hasta hoy tiene gran influencia en sus canciones y la música que escribe. Continuó su recorrido escuchando hip-hop (desde Kendrick Lamar y Earl Sweatshirt hasta el sonido más confesional de Loyle Carner); y rock (Jimi Hendrix, Shilpa Ray y David Bowie), así como los sonidos suaves y profundos de Keaton Henson, Sufjan Stevens y Julien Baker.
“Escribo historias con los detalles necesarios para que las puedan saborear, manteniendo la energía y la vida del hip-hop que amo”. La calidad visual y cinéfila en su escritura se forjó por su amor a las películas de terror, el “street wear” (estilo casual, pero exclusivo) y el arte abstracto.
Al crecer, Arlo se vio enfrentada con su identidad, extremadamente sensible e impopular. Se confiesa una chica “tomboy”. “Soy negra, no bailo, escucho música emo y tuve un flechazo con una chica de mi clase de español”. Cuando tenía 17 años, se rapó la cabeza, se confesó bisexual, escribió y produjo su primer álbum.
Dúctil y convincente como vocalista, sus líricas hablan de temas transversales y de la importancia de la salud mental, su mezcla pop e “indie soul” es muy atractiva al unirse con su carácter confesional y una madurez inusual para su edad.
En el año 2019 obtuvo el primer puesto en la radio BBC1 con dos EP (extended plays). Su álbum debut del año 2021 “Collapsed in Sunbeams” alcanzó el lugar número 3 en Reino Unido y fue muy aclamado obteniendo una nominación a los premios Grammy en enero del mismo año. Le siguieron el “Brit Award” de artista revelación y el “Mercury Prize”.
El single “Black Dog” ha tenido millones de reproducciones poniendo el tema de la salud mental en el foco de atención. “Eugene” fue coescrito con Gianluca Buccellati quien trabajó con ella en “Cola” y en los títulos de su EP. Al mismo tiempo el cover de Radiohead “Creep” tuvo un éxito rotundo.
¡Cuánto se habla de las muertes que ha dejado la pandemia del COVID, y qué poco de nuestra salud mental!. En cierto modo es lógico, vivimos instalados en un cortoplacismo casi tan sangrante como el de nuestros “líderes”. La búsqueda del equilibrio emocional y el cultivo de la empatía no cotizan al alza ni son populares en las redes sociales. Tal vez lo que más me ha cautivado de su música es precisamente eso, su capacidad de ponerse en el lugar del otro y su precoz conocimiento de nuestras vulnerabilidades emocionales evidenciada en sus letras, que, seguramente aumentarán en tiempos tan quebradizos como estos. Sorprende su “clarividencia” tan temprana, tanto por darle visibilidad a la “Mental Health Charity” (con quienes colabora), como por ser elegida artista revelación a juicio de la BBC o estar presente en una playlist de Michelle Obama.
Arlo ha creado un álbum de debut maravilloso con el que resulta imposible no entusiasmarse. Convence cuando escucho la preciosa “Black Dog” o “Hope”. Bordea lo sublime. Canciones como soles. Irrebatibles desde cualquier punto de vista.
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