Isabel Ossa (42) es chilena, escritora infantil. En el año 2016 publicó una colección de cuentos infantiles en conjunto con Ediciones Mis Raíces, basados en historias reales de mujeres importantes de la historia de Chile. Uno de los objetivos de la autora ha sido relevar y poner en valor el rol de las mujeres en nuestra historia.
La historia de Janequeo inauguró la colección, obteniendo una amorosa acogida entre los lectores infantiles, quienes se fascinaron con esta joven mapuche. Janequeo fue una mujer mapuche aguerrida, noble y muy valiente que vivió hace muchos años atrás, durante la Guerra de Arauco (1550-1656).. En esta historia, el amor, la justicia, la valentía y el espíritu de lucha son preponderantes sin dejar de lado la ternura y el valor de la vida.
Janequeo vivía feliz en su “ruka” a orillas del lago Ranco, en el sur de Chile, junto a su esposo Huepotaén. Allí vivían también su padre y su hermano. La llegada de los invasores españoles cambió su vida para siempre pues los hombres debieron partir a la guerra. Todo se vuelve tristeza a su alrededor y Janequeo decide salir a defender a su pueblo.
“La aldea quedó muy callada, las mujeres caminaban silenciosas, los niños dejaron de jugar y Janequeo pasaba el día trabajando la tierra para que el tiempo pasara más rápido. También se levantaba muy temprano y caminaba sola al bosque donde se ejercitaba en un entrenamiento denominado “Kollellaullin”, muy riguroso entre los guerreros mapuches. Su padre la había entrenado desde muy pequeña para ser la mejor. Eres la mejor guerrera que he visto, le decía muchas veces Michequeo. La mejor entre hombres y mujeres. Su madre había muerto cuando ella tenía 4 años y desde entonces, todas las mañanas, su padre la despertaba antes de que saliera el sol para ir al bosque a practicar pelea con lanza, carreras a caballo, ejercicios con arco y flecha, natación y lanzamiento de piedras. Solo los hombres aprendían “Kollellaullin” en ese entonces, pero Michequeo quería que su hija estuviera preparada para luchar contra los invasores. Siguió preparándose, aunque su padre ya no estuviera con ella. Algunas tardes, al atardecer, la joven subía a un alerce que estaba afuera de su “ruka”. Desde ahí observaba como se ponía el sol a lo lejos y como se teñia de naranja el cielo sobre su querido lago Ranco. Mirando el horizonte, Janequeo se preguntaba cómo estaría Huepotaén su esposo y cuándo podría volver a verlo, imaginaba cómo sería el mundo mas allá de Llifén y de la guerra”.
Janequeo debió superar obstáculos sociales importantes en épocas en que la vida para las mujeres era muy difícil. Esta bella historia rescata las riquezas, verdades y sueños de nuestros pueblos originarios ayudando a recuperar su filosofía de vida. Al revés de las doncellas dolientes de muchos cuentos infantiles, Janequeo asume las riendas de su propio destino.
Categorías: Literatura
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Que interesante Susy!. Hasta ahora Janequeo era solo el nombre de una calle que transité mucho en mi época de estudiante, no sabía que era mujer y tan valerosa y “empoderada” (término muy usado en estos tiempos).
Gracias!
La historia de Janequeo es poco conocida, aunque su ejemplo está cada vez más presente en la realidad de nuestros pueblos latinoamericanos. Muchas gracias por comentar!